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Review: La Nintendo Switch 2 es evolución, pero no revolución


En la industria de los teléfonos móviles, existe una máxima que dice que no es posible inventar la rueda todos los años, refiriéndose al hecho de que los gigantes tecnológicos han adoptado un modelo de actualización tan agresivo que cada año necesitan tener una nueva línea de teléfonos mejor que la anterior, lo que deja un nulo espacio a la innovación.

El mercado de las consolas de videojuegos, por otro lado, tiene ciclos de desarrollo más lentos, sus productos duran más tiempo en el mercado y por lo tanto, uno esperaría que de un salto generacional a otro, al menos en la propuesta de las consolas, la innovación siempre esté como punta de lanza.

Hablando en esos términos, la Switch 2 de Nintendo parece ser un producto hecho con lógica de smartphone y no con la innovación que la propia Nintendo ha logrado hacer su marca durante toda su historia. Es imposible negar que desde cualquier aspecto que se le mire —técnico, visual, calidad de armado y experiencia de uso— la Nintendo Switch 2 es un avance gigantesco y totalmente necesario para la compañía, pero también es una apuesta demasiado conservadora para los tiempos que corren.

Pero viendo las cifras de ventas de su primera semana, al parecer es simplemente lo que el público quería. Y acá trataremos de entender por qué.

La Switch 2 en números

sWITCH 2

Durante el largo ciclo de 8 años de vida de la Nintendo Switch original, a mitad de camino ya comenzaron a surgir los rumores y la necesidad de una «Switch Pro“, un modelo que fuera igual pero con mejoras técnicas para suplementar algunas de las falencias que ya estaba mostrando el hardware, en particular, su limitado poder de procesamiento que incluso hacía que juegos propios como The Legend of Zelda no funcionaran de manera fluida.

Nintendo respondió con dos modelos: la Switch Lite —una versión más barata pero solo portátil— y la Switch OLED, la cual solo cambió el panel de la portátil por un bello display OLED, pero manteniendo el mismo hardware. Y de cierta manera, la Switch 2 es esa Switch Pro que tanto anhelamos.

La Nintendo Switch 2 es más en todo sentido: su pantalla es de 7,9 pulgadas mientras que la original era de 6,2, viene con 256 GB de almacenamiento vs. los 32 GB de la original, su panel es Full HD vs. los 720p de la original y al estar conectada a un televisor puede llegar a mostrar contenido hasta en 4K, vs. el 1080p de la original.

En ese sentido nadie puede enojarse, ya que Nintendo cumple con prácticamente todo lo que uno pide en un cambio de consola, que sea más que la anterior. Incluso si bien su panel es LCD y no OLED como el último modelo de Switch original, es un panel capaz de mostrar contenido a 120 cuadros por segundo y en modo HDR, lo que compensa de gran manera su retroceso en la fidelidad que solo puede entregar un OLED.

Lo importante: los juegos

mario kart world

En términos prácticos, esto significa que finalmente Nintendo tiene un sistema que es capaz de albergar a algunos de los títulos más laureados y que tuvieron que estar ausentes debido a que simplemente correrlos en la Switch era una utopía. Hablamos de Street Fighter 6, Cyberpunk 2077, Elden Ring, Final Fantasy 7 Remake y varios más que ya han salido o sido anunciados para el sistema. Tener más juegos siempre es algo positivo.

Y para Nintendo, que seamos sincero, sus juegos exclusivos son el 80% de las razones por las cuales uno compra una de sus consolas, este poder extra significa en teoría llevar sus ideas a niveles impensados. Mario Kart World es un excelente ejemplo ya que no solo es un juego que luce mejor que los anteriores, sino que la escala de sus niveles y de su propuesta en general es la mayor revolución que ha tenido la saga en su historia. Y pensar que eso puede ocurrir con series como Super Mario, Zelda, Metroid y tantas otras más es parte de la razón por la cual uno podría querer apostar por una Switch 2.

Demasiado similar

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Pero ese sentido de novedad choca cuando vas a encender la consola y te encuentras con que el menú, la configuración, las opciones dentro del home y varias otras funciones son prácticamente las mismas que con la Switch 1. La experiencia de uso es, literalmente la misma solo que con menores tiempos de carga, algunos menús redondeados, unos sonidos más alegres y listo. Por un lado fue genial poder pasar todos mis datos y juegos desde mi Switch original a la nueva con solo mi usuario, mi contraseña y una herramienta de traspaso que utiliza comunicación inalámbrica. Impecable, tal como pasar de un teléfono viejo a uno nuevo.

Pero esa simpleza viene a costa de que la Switch 2 se sienta demasiado similar a la 1 y siento que para haber 8 años de diferencia, podría haberse hecho algo más para seguir siendo lo mismo, pero distinto. Haber sumado más temas, más allá de blanco o negro, por ejemplo, habría sido una gran opción. También la llegada de gatillos análogos en lugar de los digitales (que dicho sea de paso, Nintendo solo utilizó en el Gamecube y se olvidó de ellos mientras la industria lo volvió un estándar) o funciones tan básicas como un navegador web. ¿Una cámara? ¿Nuevos usos para el lector NFC? Si tuviera la fórmula sería yo el millonario, por supuesto, pero las cosas que son realmente nuevas parecen ser más excusas que otra cosa.

Innovaciones acotadas

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La primera de ellas es el modo Mouse, con el que puedes usar cualquiera de tus Joy-Con nuevos, o incluso los 2 al mismo tiempo, como un mouse, convirtiendo a tu control como puntero. Es algo totalmente inesperado, debo decirlo y funciona muy bien, pero también altera la manera con la cual uno juega con la consola. Para usar un mouse, idealmente requieres de una mesa para colocarlo encima y por lo general uno tiene su consola en el living o la habitación, donde a lo más hay una mesa de centro entre ambas o en el peor de los casos, una cama. Sí, probé usando el mouse en mi regazo y funciona, pero ¿será lo más óptimo? Creo que es una buena tecnología que tiene usos demasiado limitados.

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Un uso menos limitado pero que exige una inversión extra es la del GameChat, la que creo que es la verdadera nueva función que trae la Switch 2 y que es un botón que sirve para poder armar conversaciones rápidas con tus amigos mientras están jugando en la consola. Para usarlo no necesitarás más que una conexión a internet y una suscripción al sistema online de Nintendo para hablar por voz, pero para usar el video chat, requerirás además de una cámara adicional, que puede ser una oficial de Nintendo u otra que funcione por Micro-USB.

El chat funciona bien, pero la calidad del audio, al usar micrófonos que no están cercanos a tu boca, es algo baja. La cámara oficial de Nintendo detecta y separa muy bien tu cuerpo y rostro e incluso es capaz de incorporarlo dentro del gameplay, pero ¿Qué pasa si no pago mi suscripción anual o si no quiero comprar la cámara? Podríamos decir que este tipo de funciones son precisamente para motivarte a usar nuevas funciones y GameChat funciona tal cual se prometió, lo cual es un gran logro porque el online de la consola opera bastante mejor, considerando que lo usé jugando Mario Kart Online y además hablando por videollamada con un amigo.

Problemas de memoria

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Ahora bien, si tengo que rescatar un punto principalmente negativo y preocupante de la consola, es su almacenamiento. Como dije anteriormente, la Switch 2 viene con 256 GB de memoria, lo cual es 8 veces más espacio que la original, lo cual puede sonar como algo bueno, pero para un usuario migrante de una Switch antigua, es todo lo contrario.

No exagero al decir que el primer día, ya se me había agotado la memoria de la consola, entre el traspaso de antiguos juegos digitales, la descarga de Mario Kart y de otras novedades. Hasta el día de hoy, hay varios juegos de mi biblioteca pasada que no he podido descargar y eso se debe principalmente a que Nintendo ha subestimado el peso de los juegos, los que claramente no aumentaron de tamaño al mismo ritmo que la capacidad de la consola.

Mario Kart World, por ejemplo, pesa 21 GB, el juego más pesado en la historia de Nintendo y eso ya es un 10% de la capacidad de la consola. Si el resto de los juegos tuvieran ese límite, estaría bien, pero Split Fiction, por ejemplo, ocupa 69 GB, que ya es casi un tercio de la consola. Y los otros juegos también van por las mismas: Street Fighter 6 pesa 40 GB, Yakuza 0 45 GB, Fortnite (solo el Battle Royale y el Creativo), 35 GB. Es imposible pretender contar con más de 4 juegos en paralelo en la consola.

Y sí, es cierto, son costumbres de uso, hay quienes tienen un juego a la vez, lo terminan y lo borran, pero yo creo que el espíritu y el diseño de la Switch siempre fue tener varios juegos pequeños disponibles para consumirse y el que no querías que gastara tu memoria, lo comprabas físico. Y acá llega otro problema: los juegos físicos en formato Key Card (como Street Fighter 6) también exigen que descargues el juego completo en tu consola.

Es una consola hecha para el mundo digital, pero que no tiene el almacenamiento requerido para aquello. La solución claro, está en comprar almacenamiento adicional el cual debe ser el formato MicroSD Express (lo que encuentro una excelente medida sobre todo para adelantarse al futuro) pero el máximo disponible por parte de Nintendo y gran parte del mercado es de 256 GB, cuando lo mínimo para estar cómodo, siento yo, debiese ser 512 GB.

¿Y el precio?

Vamos a hablar de lo más polémico: el precio. Partamos por lo evidente: es obvio que una consola que mejora en tantos aspectos, va a ser más cara que la antecesora. Mejor tecnología, sobre todo en estos tiempos donde el silicio es escaso, es más cara y, por lo menos el alza que tuvo en Estados Unidos —de 300 a 450 dólares— es justificable. El problema particular de Chile es que no tenemos distribución directa y ese paso intermedio hace que su precio se eleve a algo demasiado irreal para el contexto actual. 629.990 pesos es más que una PS5 o una Xbox One Series X, ambas consolas que si bien no son portátiles, al menos si están a la altura gráfica de poder reproducir los últimos videojuegos que llegan al mercado.

Cuando la Switch 1 aún puede encontrarse por cerca de los 300 mil pesos en el retail, cobrar el doble por la nueva consola en su salida colinda con lo abusivo, por lo que espero que al menos lleguen dentro del año las inminentes ofertas que incluso vimos ya el día de lanzamiento de la consola en Chile.

Pero independiente del análisis y de lo que me hubiese gustado que fuera la consola, la realidad es más fuerte y 3,5 millones de unidades vendidas en 4 días hablan de que, al menos a nivel global, el mercado se conforma con simplemente tener una versión mejorada de la consola que ha enamorado a más de 150 millones de personas en el mundo. En ese caso, no puedo culpar a Nintendo por haber escogido ir por la ruta más segura y entregar a la gente lo que simplemente necesitaban: una Switch que ahora se ve bien en sus televisores 4K, que mejora el rendimiento de títulos anteriores, con una construcción que ya no parece de juguete y sabiendo que se trata del último bastión de los juegos exclusivos del momento. Y eso muchas veces tiene mucho más valor que tratar de innovar y fallar en el intento.



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