
Donbás: El territorio anhelado por Putin y el núcleo de la guerra en Ucrania
Se trata de las regiones Donetsk y Luhansk, que colectivamente son denominadas Donbás. Históricamente, era la zona más «rusa» de Ucrania, con una minoría significativa de rusohablantes, y en múltiples viajes a la zona hace 10 años, quedó claro el escaso apoyo que sentían algunos ciudadanos hacia el distante gobierno de Kiev.
(CNN) – A medida que se intensifican las negociaciones sobre un posible acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania, gran parte de la discusión se ha centrado en una parte del este del país, que durante mucho tiempo ha estado en el corazón de los objetivos de Rusia.
Las regiones ucranianas de Donetsk y Luhansk, conocidas colectivamente como Donbás, fueron una potencia industrial en la era soviética, un lugar de minas de carbón y fábricas de acero.
Pero la región del Donbás también tiene ricas tierras de cultivo, ríos importantes y una costa en el Mar de Azov.
Históricamente, el Donbás era la zona más “rusa” de Ucrania, con una minoría significativa de rusohablantes. En múltiples viajes a la zona hace 10 años, quedó claro el escaso apoyo que sentían algunos ciudadanos hacia el distante gobierno de Kiev.
Fue aquí donde Putin inició sus esfuerzos para desestabilizar a Ucrania en 2014, tras la anexión de Crimea. Milicias prorrusas, algunas de ellas bien equipadas con tanques, surgieron por toda la región y rápidamente arrebataron las ciudades de Luhansk y Donetsk a un ejército ucraniano entonces mal preparado y poco motivado.
A medida que se intensifican las negociaciones sobre un posible acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania, gran parte de la discusión se ha centrado en una parte del este del país, que durante mucho tiempo ha estado en el corazón de los objetivos de Rusia/CNN vía CNN Newssource
Durante casi ocho años, los enclaves separatistas fueron escenario de combates, a veces feroces, entre los separatistas respaldados por Rusia y las fuerzas ucranianas, que dejaron más de 14.000 muertos, según cifras ucranianas.
Al menos 1,5 millones de ucranianos han abandonado el Donbás desde 2014. Se estima que más de tres millones viven bajo la ocupación rusa. Moscú distribuyó cientos de miles de pasaportes rusos a residentes de las zonas del Donbás controladas por los separatistas.
Pero Putin quería más. En vísperas de la invasión rusa a gran escala en febrero de 2022, declaró que el llamado mundo civilizado “prefiere ignorarlo como si no existiera este horror, este genocidio al que están siendo sometidas casi cuatro millones de personas”, y reconoció a Luhansk y Donetsk como estados independientes.
Más tarde ese mismo año, Moscú anexó unilateralmente –e ilegalmente– ambos después de referendos simulados, junto con las regiones sureñas de Zaporizhia y Kherson, a pesar de ocuparlas solo parcialmente.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reúne con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en Washington D. C., EE. UU., el 18 de agosto de 2025. (Rusia, Ucrania, Estados Unidos) EFE/EPA/AARON SCHWARTZ / POOL
Para el Kremlin, hay una enorme diferencia entre retirarse de territorios ocupados (como hicieron los rusos cuando se retiraron de gran parte del norte de Ucrania en 2022) y renunciar a áreas formalmente absorbidas por la madre patria, especialmente para un líder como Putin, que está obsesionado con una “gran Rusia”.
Los analistas afirman que, al ritmo actual, las fuerzas rusas tardarían varios años en completar la ocupación de lo que se ha anexado. Asimismo, hay pocas posibilidades de que Ucrania recupere gran parte de lo que ya ha perdido: casi todo Luhansk y más del 70% de Donetsk.
Pero Kiev aún conserva el “cinturón fortaleza” de ciudades industriales, ferrocarriles y carreteras que constituye una barrera importante para las fuerzas de Putin: lugares como Sloviansk, Kramatorsk y Kostiantynivka.
Que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, cediera el resto de Donetsk, territorio por cuya defensa han dado la vida muchos soldados ucranianos, sería un suicidio político. Aproximadamente tres cuartas partes de los ucranianos se oponen a ceder territorio alguno a Rusia, según el Instituto Internacional de Sociología de Kiev.
Retirarse del resto de Donetsk también dejaría las vastas llanuras abiertas del centro de Ucrania vulnerables a la próxima ofensiva rusa, como Zelensky ha señalado repetidamente, además de ser una rendición inconstitucional de territorio ucraniano.
Para los aliados europeos de Zelensky, también transgrediría un principio clave: que la agresión no puede recompensarse con territorio y que la soberanía ucraniana debe ser protegida.
Como lo fue en 2014, el Donbás sigue siendo el crisol de las ambiciones de Putin en Ucrania y la mayor prueba para Europa en sus esfuerzos por aferrarse a un orden internacional basado en reglas.