
Mujer pidió quedarse con la custodia de muñeca bebé tras terminar con su pareja
La influencer y abogada brasileña Suzana Ferreira relató en redes sociales que una clienta acudió a su oficina para solicitar asesoría legal con el fin de impedir que su expareja accediera a una muñeca hiperrealista, conocida como bebé reborn, a la que ambas trataban como una hija.
La abogada e influencer brasileña Suzana Ferreira reveló a través de sus redes sociales un inusual episodio que vivió recientemente en el ejercicio de su profesión: una mujer acudió a su oficina para regular judicialmente la custodia de un bebé reborn, es decir, una muñeca hiperrealista tratada como si fuera una hija real.
Según relató Ferreira, la clienta buscaba impedir que su expareja tuviera cualquier tipo de contacto con la muñeca tras la ruptura de su vínculo afectivo. Además de solicitar la regulación de la “convivencia” con el objeto, también planteó la distribución de los gastos asociados, como el ajuar del “bebé”, y el control del perfil de redes sociales asociado a la muñeca.
“No es un meme”, escribió la abogada en su cuenta de Instagram, dejando en claro que la solicitud fue real y que refleja una dimensión preocupante de su trabajo.
“La locura de la sociedad tiene un impacto directo en nuestra profesión. Estas son exigencias reales”, añadió, visiblemente sorprendida por el caso.
El fenómeno de los bebés reborn
Aunque insólito, el hecho se enmarca en el creciente interés por los bebés reborn, muñecas hiperrealistas que han ganado popularidad en plataformas digitales y motores de búsqueda.
De acuerdo con datos de Google Trends recopilados por CNN, el interés por estas figuras aumentó considerablemente durante 2024, alcanzando picos en octubre, diciembre y nuevamente en abril de 2025.
Si bien su auge en Brasil se remonta a inicios de los años 2000, los avances tecnológicos han hecho que estos muñecos se parezcan cada vez más a bebés reales, despertando vínculos emocionales intensos en algunas personas.
El caso expuesto por Suzana Ferreira ha generado debate en redes sociales y plantea interrogantes sobre los límites entre afectividad, salud mental y el rol del derecho ante situaciones inéditas.