Hoy en Chile

Morales: “Ver a un violinista haciendo reggaetón es una explosión mental”


Si esto fuera una película, que perfectamente lo podría ser, tipo Whiplash, pero en un código latinoamericano, comenzaría con Erwin Anderson Morales (25) tocando su violín frente a miles de personas en el Movistar Arena, abriendo por ejemplo un show de Gino Mella. O el fin de semana que recién pasó, junto a Bayron Fire en un Caupolicán repleto.

“La única manera de describirlo es como que te imagines estar en la Tierra, montarte en un cohete y luego ver el planeta desde el espacio, así se siente pisar un escenario así. Mucho entusiasmo, una adrenalina muy fuerte”, cuenta.

La música y las luces se cortan repentinamente. Con una voz en off, el artista dirá: “Pero no siempre fue así”.

La imagen ahora lo muestra hace no tanto tiempo atrás, durmiendo en la calle en un crudo Santiago de Chile.

“Me ha tocado duro. Llevo siete años fuera de mi país, y he pasado por situaciones muy difíciles, incluso dormí en la calle (…) También viví una etapa de vicios, caí en cosas que no eran para mí, pero gracias a Dios logré salir”, contó en una entrevista para Miklac.

Antes y entremedio de ambos extremos pasaron mil cosas, que iremos desenredando en esta conversación con un joven artista urbano oriundo de Caracas a quien si vives en Santiago o Valparaíso es posible que hayas visto tocando en vivo y en directo en el metro o si no en Tik Tok o en la tele en Got Talent Chile, donde llegó a cuartos de final con su interpretación de “Princesita de …”, original de Jere Klein.

Hoy en día incluso lo puedes contratar para matrimonios y cumpleaños a través de su manager en Instagram.

¿Cómo fue tu infancia en Caracas?

—Como la de cualquier persona de un barrio humilde, buscando la manera de salir adelante. Desde pequeño quise ser alguien esforzado, con la meta de salir del barrio. Fue una infancia con carencias, sin lujos y rodeada de muchas cosas buenas, pero también malas.

Y en ese contexto ¿Cómo empezaste a tocar violín?

—Mi abuela fue la que me crió, desde los 4 años. Y ella siempre tuvo una visión de buscar a mis primos y a mí cosas de acuerdo a la personalidad. A algunos primos los puso en karate, a otro en baseball y a mi me puso la música, me inscribió en el sistema de orquesta y coro de Venezuela y ahí empezó mi camino. En el sistema de inclusión social, me fui motivando, fui aprendiendo y en el camino me enamoré del violín.

¿Podrías contarme la historia de tu migración?

—Mi abuela falleció el 2015, ella era el pilar más importante de mi vida. Entonces estaba terminando el liceo y cuando terminé, tomé la decisión. Allá estaba difícil, el 2017 estábamos pasando por una crisis muy fuerte. En diciembre de ese año migré primero a Colombia, después a Ecuador y finalmente a Chile. Migré solo, en el camino hice amigos que hoy son mis hermanos de la calle.

¿Cuántos años tenías?

—Tenía 17 años, hoy en día tengo 25.

Me ha tocado duro. Llevo siete años fuera de mi país, y he pasado por situaciones muy difíciles, incluso dormí en la calle. También viví una etapa de vicios, caí en cosas que no eran para mí, pero gracias a Dios logré salir”, contó en una entrevista para Miklac.

VIOLÍN Y REGGAETON

¿Cómo nace la idea de fusionar el violín con el trap y el reggaetón?

—Buscando la manera de salir adelante, yo sabía que tenía un talento en el violín y tocaba en buses en Colombia, también en el metro de Venezuela, pero pensé que la música clásica era como que cualquiera lo hacía. Hacer reggaeton y trap era una propuesta que me resultó interesante porque era distinto, nadie lo hacía, y lo empecé a fusionar.

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¿Cuáles son tus referentes musicales?

—Mis referentes son Neutro Shorty, Big Soto y Akapellah, esos son mis favoritos. De acá me gusta mucho la nueva generación, Kidd Voodoo, Cris Mj, Lucky Brown, Jere Klein, Gino Mella, Jairo Vera, Marcianeke, Jordan 23, todos los de la nueva ola que la están partiendo. A todos en realidad los veo con mucho respeto por lo que han logrado.

¿Qué recuerdas de tus primeras tocatas en el metro? Cómo fueron las primeras recepciones de la gente.

—Tenía experiencia porque en Venezuela comencé tocando en el metro, mi pasaje para emigrar lo conseguí tocando en el metro de Caracas. Empecé haciendo música de Karol G, J Balvin, Anuel y así, referentes mundiales. Cuando vi que había artistas muy famosos acá los empecé a escuchar y me las aprendí. Cuando hice esa fusión la gente me grababa, bailaba, era una locura, una receptividad muy linda, no solo de los más chicos sino también de las personas mayores.

Pasaste de la calle a grandes escenarios como el Movistar Arena. ¿Qué sentiste la primera vez que tocaste ahí, abriendo el show de Gino Mella?

—La única manera de describirlo es que es como estar en la tierra, montarte en un cohete y ver el planeta desde el espacio. Así se siente pisar un escenario de esa magnitud. Fue mucho entusiasmo, una adrenalina muy fuerte. Lo puedo llamar uno de los momentos más felices de mi vida, sabía que era un paso muy importante. Es un honor compartir con artistas de ese nivel, a Gino lo considero un hermano. Lo de Bayron Fire fue una locura total. Es una cosa de mucho nervio y expectativas, hay mucho tramite detrás del escenario para que sucedan esos minutitos en tarima, que además pasan como segundos. Esa es la magia de la música, al hacer lo que a uno le encanta el tiempo pasa volando. Esas cosas han sido un honor.

Ahora estás sacando música como cantante ¿Cómo ha sido dar ese salto?

—Siempre he trabajado en busca de eso, mi estrategia era dar este segundo paso de ser un cantante urbano y componer mis canciones. La gente se ha sorprendido mucho de que un violinista cante música urbana, es como una explosión mental. He trabajado mucho por esto y estoy agradecido de Dios que me ha guiado en todo este camino, sé que vamos a brillar cuando saquemos la musica que tenemos..

¿Cual es el sueño de Morales en la música?

—Mi sueño es ser un artista mundial y representar a Chile en el mundo. Si bien en Venezuela están mis raíces, acá tuve la oportunidad de brillar y darme a conocer. Experimento ese cariño, por eso siempre le voy a estar agradecido a mi Chilito.

¿Y en la vida?

—Mi sueño es vivir de esto y dar un mensaje a los jóvenes que se pierden en el camino, en los vicios. El mensaje es que hay un Dios que nos ve y nos escucha, que se puede luchar por los sueños estando de su mano, que tengan Fe y lo dejen entrar a su vida y sencillamente así te va ir bien. A mi me funcionó y creo que el que lo haga también le va a funcionar.

Por otro lado me gustaría ayudar a mi familia, a mi madre, comprar una casa, un auto, y tenerla bien, además ayudar a quienes lo necesiten, a personas en la calle, a jóvenes empezando en la música.



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