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Dueño del San Marino y su crítica al desalojo que sufrió: “Ni al Tren de Aragua lo han tratado así

Marco Antonio Luci acusa que el exdueño del restaurante de Reñaca lo estafó con la compraventa de la propiedad luego de ver el éxito que había alcanzado en 16 años de funcionamiento.

El viernes 11 el restorán “San Marino’s Puerto y Pasta“, reconocido en Reñaca, denunció un desalojo injustificado por parte de las autoridades, en lo que acusan fue “una estafa orquestada por el exdueño”.

Según el texto que difundieron a través de sus redes sociales, el sujeto en cuestión, el empresario gastronómico Samuel Lizana, en 2019 vendió legalmente al dueño del local Marco Antonio Luci.

Sin embargo, añaden, Lizana incurrió en la “falsificación de documentos y actos fraudulentos” para forzar el desalojo del lugar.

“Hoy estamos a la deriva, sin nuestro espacio de trabajo, sin garantías y con la profunda tristeza de ver cómo se atropella el esfuerzo, la inversión y el comrpomiso que hemos entregado durante tanto tiempo”, continúa el comunicado.

Fue en 2012 que Luci instaló el San Marino en el local que hasta ese entonces se llamaba “Mirador Cochoa”, administrado por Lizana, y que estaba cerrado.

Marco Antonio cuenta que ya hacia 2019 se concretó la compraventa de la propiedad en una notaría de Valparaíso.

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Sin embargo, cuando en 2020 Marco Antonio intentó finalmente hacerse de la propiedad colocándola a su nombre, “Lizana comenzó a hacer toda clase de triquiñuelas para quedarse nuevamente con el restaurante. San Marino se había convertido en un éxito”.

Ya que el terreno es concesión marítima, el trámite para que quedara hecha a nombre de Luci, se enteró que Lizana había recurrido ante la subsecretaría de las Fuerzas Armadas a pedir dejar sin efecto la compraventa.

Eventualmente, fue dictada la orden de desalojo en junio de 2024.

“Ni al Tren de Aragua lo han tratado así”

Luci habló sobre lo que fue el desalojo en sí, para ellos uno de los puntos de mayor cuestionamiento sobre todo lo que ha ocurrido.

“En un minuto pensamos que podía ser un asalto”, contó a LUN. “Venían con fusiles de guerra, granadas y pasamontañas. Rompieron la puerta y nos sacaron a todos para la calle”.

Marco Antonio vive justo frente al restorán, por lo que escuchó desde los primeros intentos por ingresar al local. Sin embargo, reconociendo problemas de movilidad y la necesidad de ocupar una silla de ruedas le costó algunos minutos llegar antes que se concretaba el desalojo.

“De un momento a otro quedamos 51 personas sin trabajo”, agrega. “Fui desalojado por la fuerza pública como si fuera el peor delincuente. Ni al Tren de Aragua lo han tratado así”.

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