El recorte fiscal anunciado por el Ejecutivo a comienzos de año, que asciende a US$635 millones —equivalente al 0,2% del PIB—, ha generado incertidumbre en el panorama económico del país.
De acuerdo con la Dirección de Presupuestos, el déficit estructural de 2024 alcanzó el 3,2% del PIB, superando en 1,3 puntos la meta establecida por el Gobierno, fijada en 1,9%.
Ante este escenario, el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) advirtió sobre la gravedad de la desviación, y recomendó un ajuste en el gasto público de al menos US$1.500 millones para evitar nuevos desequilibrios en 2025.
Recorte del gasto fiscal
Desde la oposición, la candidata de RN y la UDI, Evelyn Matthei, criticó la situación y sostuvo que el recorte debería ser aún más drástico, proponiendo una reducción mínima de US$3 mil millones. Asimismo, adelantó que, en caso de asumir la presidencia, implementaría un ajuste adicional de US$6 mil millones.
Respecto a los efectos del ajuste, la economista senior de Libertad y Desarrollo, Macarena García, señaló que la magnitud del déficit estructural podría obligar a un recorte mayor al previsto por el Ejecutivo.
El economista de la Universidad del Desarrollo (UDD), Carlos Smith, alertó que el alto nivel de endeudamiento del país hace ineludible un ajuste fiscal, ya que, de lo contrario, se vería afectado el crecimiento económico.
Por su parte, el académico de U Negocios de la Universidad de Chile, Pablo Barberis, enfatizó que las reducciones en el gasto deben centrarse en proyectos de escaso impacto para la ciudadanía, evitando afectar áreas prioritarias.